UN EPISODIO EN MI VIDA · 1903
Me encuentro en la calle con el famoso decorador moderno X.
Buenos días, le digo, ayer vi una vivienda decorada por usted.
¿Ah, sí? ¿Cuál?
La del Doctor Y.
¿Cómo? ¿la del Doctor Y? Por amor de Dios, no mire una porquería semejante. La hice hace tres años.
¡Qué raro! Ve usted, querido colega, siempre he pensado que entre nosotros existía una diferencia fundamental. Ahora veo que sólo se trata de una diferencia de tiempo, que puedo expresar en años. ¡Tres años! Por aquel entonces yo ya afirmé que era una porquería y usted lo hace sólo hoy.
Buenos días, le digo, ayer vi una vivienda decorada por usted.
¿Ah, sí? ¿Cuál?
La del Doctor Y.
¿Cómo? ¿la del Doctor Y? Por amor de Dios, no mire una porquería semejante. La hice hace tres años.
¡Qué raro! Ve usted, querido colega, siempre he pensado que entre nosotros existía una diferencia fundamental. Ahora veo que sólo se trata de una diferencia de tiempo, que puedo expresar en años. ¡Tres años! Por aquel entonces yo ya afirmé que era una porquería y usted lo hace sólo hoy.